Ayer tuve un sueño precioso, hace tanto que no soñaba que volaba, soñé que tenía que escapar pero podía volar asi que fue muy fácil, volé alto y tenía una bebita en los brazos, me sentía feliz y la iba tranquilizando y enseñando el paisaje, fijaros si volaba bien que hacía hasta acrobacias ... creo que mi confesión de ayer tuvo mucho que ver, las víctimas de maltrato y abusos lo solemos esconder como si encima tuviéramos la culpa y bueno aunque en el día a día parece que no pero pesa, es como llevar un saco de piedras a la espalda, cuando ves una noticia o cuando te comentan casos similares y sientes ese mordisco, ese miedo, ese terror que a veces te invade cuando alguien te sorprende por detrás sin avisarte o cuando llega mi cari y no me entero y pego un salto al encontrármelo en el pasillo, son miedos que nadie puede entender salvo que haya sido agredido físicamente, el cuerpo tiene memoria y cuando uno confiesa esas memorias es un paso tan importante, pero tan importante ...que no