Antes de ser madre me decía que no chillaría nunca, que jamás le daría chuches y que sería el ejemplo perfecto; después de ser madre hay días que pierdo los nervios, ha comido muchas chuches, las que le da el frutero cuando voy a la frutería, las chuches que le regalan en todas las tiendas, las chuches de los cumpleaños, en Navidad y alguna que otra que le regalan en la farmacia, vamos, que de ni una chuche a muchas chuches hay una línea muy fina y la hemos cruzado hace 5 años por lo menos. No soy el ejemplo perfecto, a veces es él con sus 5 años el que me da lecciones y me deja como vaca mirando pasar un tren. No pasa nada si no soy la madre que imaginaba, si cometo muchos errores, hay veces que cometo errores todo el tiempo como si fuera una madre de comedia de esas que manda chuches al cole el día del cumpleaños cuando había planeado llevar galletas amasadas con amor con harina integral de trigo bio ¡ja! Justo la noche antes me doy cuenta que ni trigo ni bio ni amasar y voy