La cocina y especialmente los postres han dado fruto a grandes charlas familiares, recuerdo el día que disfrutamos de una rica Mousse de chocolate y nos acordamos de los postres de la infancia y de nuestros platos favoritos. El cari se acordó de los buñuelos que hacía su madre y yo me acordé del chocolate Maruja que mi abuela compraba (pocas veces)y que yo disfrutaba con devoción en los primeros años de mi infancia. Cada día les pregunto a los peques y al cari qué han aprendido ese día, es un ejercicio divertido que crea charlas y debates en torno a la mesa. Es importante aprender y es igual de importante compartir lo aprendido. Me encantan las charlas familiares (incluyo a los amigos) y me gustaría que permanecieran en el tiempo, ojalá aparcáramos más los móviles, especialmente cuando comemos. Me impresiona ver a familias o amigos comiendo cada uno conectado con su móvil, es algo que me causa rechazo porque estando más conectados que nunca, en el fondo vivimos desconect