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A nuestros hijos no les decimos eso de "como sigas comiendo así no va a haber manera con las cartucheras", tampoco les animamos a operarse los pectorales por ser más o menos planos, ni les compramos a nuestros hijos adolescentes  pantangas (esos pantaloncillos tanga que muestran las nalgas) para que estén más sexys ¿Por qué cosificamos el cuerpo de nuestras hijas? Démosles alas, sus cuerpos son sagrados, no son objetos, no necesitan enseñar el culo para SER, ellas ya SON VALIOSAS, no entremos en el juego de este mercado aberrante que consume objetos y consume también personas. Mi hijos no son objetos, mis hijos son almas divinas en cuerpos sagrados. No hables con tu hija sobre su cuerpo. No hables con tu hija sobre su cuerpo, salvo para enseñarle cómo funciona. No hables con tu hija sobre su cuerpo. No le d igas nada si ha perdido peso. No le digas nada si ha subido de peso. Si crees que el cuerpo de tu hija se ve genial, no lo digas. He aquí algunas cosas que

Comparto esta carta porque me ha divertido y me ha cabreado leerla, por una parte hay mucho de verdad y por otra hay mucho de verdad, pero no todas las verdades sientan bien. Me ha hecho reflexionar mucho y espero que os motive a querer ser más libres, yo quiero ser libre, pero libre de verdad.  Fernando nos ha escrito esta carta, la dedica a las feminazi que él tacha de machistas, Fernando se define a si mismo como un hombre  hiper feminista encantado de vivir en esta gloriosa época.   Soy feminista. Si, ya se que soy un hombre y puede sonar contradictorio pero después de pensarlo y repensarlo bien, es la mejor opción para mi y para cualquier hombre. Espero no molestar a ninguna feminista de esas de capa y espada que van viendo ofensas por doquier a las que les sujetas la puerta para cederles el paso y confunden educación con machismo, si, esas tan feministas que ven la compresa como un símbolo de la opresión del patriarcado sobre la mujer ... ¿? las que no permiten