Cuando necesitamos un descanso profundo y no podemos encontrarlo nos deprimimos. Todos, en alguna medida estamos ‘deprimidos’, hundidos por nuestro falso yo, exhaustos a nivel del alma a causa de nuestros frustrados intentos de sostener una falsa imagen, de estar en el rol de un personaje que no es quienes somos realmente. Anhelamos dejar de actuar, y ser aut énticos nuevamente. Cuando reprimimos nuestros sentimientos, deseos, impulsos, y anhelos verdaderos empujándolos al inconsciente, viviendo como una fachada en este mundo, al final, nos deprimimos; incluso sentimos que queremos suicidarnos. La depresión no es un error, en verdad es inteligente. Es un llamado ancestral a descansar, a desacelerar, a salir de la mente y sus miedos y a dirigirnos al cuerpo y sus sentidos. A dejar ir la imagen. A “matar” el personaje que hemos estado interpretando, y a ser exactamente como somos. A dejar de correr. A tocar nuestras heridas y traumas con gran dulzura. A empapar conscientemente nuestra ex