Me encanta usar semillas a diario en mi cocina. Uso muchas variedades: chía, lino dorado y marrón, girasol, calabaza, amapola... Pero, las que más me gustan en cuanto a sabor y sus muchas propiedades son las de sésamo . Las uso de muchas maneras, tostadas, crudas, en pasta (Tahiné) , en aceite. Las añado a mi granola , a mis panes y repostería, a ensaladas, a patés vegetales, a verduras … Lo que muchas personas no saben, es el tesoro tan grande que esconde una semilla tan pequeña. Las semillas de sésamo, son originarias de la India y África y son uno de los cultivos más antiguos de la humanidad. Contienen aproximadamente un 20% de proteína vegetal, formada por 15 aminoácidos distintos, con una elevada concentración de metionina, uno de los 8 aminoácidos esenciales. Además, son ricas en minerales (calcio, hierro, zinc entre otros), vitaminas (complejo B, E y K), y fibra. Al igual que las semillas de chía, rúcula o el lino, las semillas de sésamo so