Salvo que seas un diamante, un billete de 500 euros o una tarta de chocolate con virutas de chocolate, asúmelo, no le vas a caer bien a todo el mundo. Me he pasado la vida intentándolo de mil maneras: -Escogiendo mis palabras con cuidado para no ofender (cosa que sigo haciendo porque no me gusta herir por herir, pero ahora no me guardo mis opiniones, sólo intento expresarlas sin dañar ¿cómo se hace?, fácil y sencillo "desde el amor y el respeto, no soy mejor que nadie ni quiero serlo, cada uno tiene su opinión y así debe ser" ¡Libertad! -Diciendo si a todo, cualquier favor que me pidieran, cualquier plan que propusieran y ...madre mía, es lo más agotador del mundo, porque los planes y los favores nunca cesan y claro, tu siempre dices SI hasta que dices NO y en ese momento mutas de ángel celestial a Maléfica. -Callando, tragando y guardando mis sentimientos, como si no tuviera derecho a hacerlo. Ésto también es mortal de necesidad y causante de muchas enfermedades .