Por los años 50 del siglo pasado apareció una severa advertencia de la Organización Mundial de la NoSalud : Las madres tenían que dejar de amamantar puesto que en la areola del pezón habitaban bacterias y virus que le hacían daño a la criatura. Pobres bebés, había que protegerlos de enfermar por las terribles y venenosas tetas de sus madres. Inmediatamente una multitud de mujeres comenzó a alejar a sus bebés de la teta. Esto contradice y niega totalmente la función del sistema adaptativo y del sistema inmunológico. Casualmente, en una campaña mediática simultánea con esta advertencia, apareció en el mercado el producto salvador: la leche en polvo S26 y detrás de ella estaba la empresa Neztlé ¡qué bonitos y filántropos! ¿Os suena? Problema- reacción- solución. Desde entonces se ha agredido a los bebés con productos sintéticos, llenos de aditivos, GMO , azúcares refinados y demás porquería, porque eran muchos más saludables que la maravillosa leche de la madre, leche con una prop