Te paso la receta de mi tortilla española, esa que tanto gusta, jugosita pero no cruda. Queremos una tortilla de patatas, no una sopa de clara de huevo cruda con patatas. Es súper fácil y queda jugosísima, ya verás.
Ingredientes (para 4 personas de buen comer)
7 huevos grandes camperos
500 g de patatas
1 cebolla grande (si te gusta, yo siempre la pongo)
Aceite de oliva virgen extra
Sal de calidad ¡tira la sal refinada de mesa!
Manos a la tortilla
Pela y corta las patatas en rodajas finitas (3-4 mm). Pica la cebolla.
En una sartén grande, pon bastante aceite y fríe las patatas y la cebolla a fuego medio-bajo unos 15-20 minutos. Tienen que quedar tiernas . Remueve de vez en cuando con cariño.
Mientras, bate los huevos en un bol grande con una pizca generosa de sal.
Cuando las patatas estén, escúrrelas bien y échalas al bol con los huevos. Puedes pocharlas un poco, para que se integren los sabores y salga más jugosa.
Calienta una sartén de porcelana (la mía es de 26 cm) a fuego medio con un chorrito de aceite.
Echa la mezcla y extiéndela bien. Cocina 7-8 minutos a fuego lento, moviendo la sartén en círculos para que no se pegue.
Cuando veas que los bordes se cuajan, ¡a darle la vuelta! Pon un plato grande encima y gira rápido.
Deslízala de nuevo en la sartén y cocina otros 7-8 minutos por este lado ( a fuego lento)
Apaga el fuego y déjala reposar tapada un par de minutos antes de servir.
Con estos tiempos te quedará jugosa pero cuajadita, ni cruda ni seca. Si la quieres más hecha, déjala un minutito más por cada lado.
Consejo de amiga: usa buen aceite de oliva, marca la diferencia. Y no tengas miedo de dejarla jugosita, es como más rica está.
¡Estoy segura que te saldrá genial!
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