Se cree que la palabra kéfir proviene del turco keif que significa "agradable sensación" o "sentirse bien", para referirse a la agradable sensación experimentada cuando se ingiere, y que conlleva además la connotación de bendición a quien se regala.
El kéfir tiene incluso más probióticos que el yogur normal: sus granos poseen hasta 61 cepas de bacterias y levaduras. Estos microorganismos vivos ofrecen excelentes ventajas a tu salud, como el refuerzo del sistema inmune, la mejora de la digestión y la salud mental.
Cómo preparar kéfir en casa
El kéfir es una bebida fermentada que se elabora a partir de leche o agua y unos gránulos de kéfir, que son una combinación de bacterias y levaduras beneficiosas para la salud. El kéfir tiene un sabor ácido y refrescante, y se puede consumir solo o mezclado con frutas, miel, cereales o especias. El kéfir es rico en probióticos, que son microorganismos que ayudan a mejorar la digestión, el sistema inmunológico y el equilibrio de la flora intestinal. Además, el kéfir contiene vitaminas, minerales, proteínas y aminoácidos esenciales.
El kéfir se puede comprar en algunos supermercados o tiendas especializadas, pero también se puede preparar en casa de forma fácil y económica. Solo se necesita leche , gránulos de kéfir y un recipiente de vidrio con tapa.
Te recomiendo leer este artículo para conocer los maravillosos beneficios del kéfir para la salud.
Cómo hacer kéfir de leche
Lo primero que hay que hacer es conseguir los gránulos de kéfir de leche (herbolarios o preguntar entre amigos, siempre hay alguien que está feliz de regalarte unos pocos de gránulos de kéfir) , que se pueden obtener de alguien que ya los tenga, o comprarlos por internet o en tiendas de productos naturales. Los gránulos de kéfir de leche son de color blanco y tienen una textura gelatinosa y granulada.
Luego, se debe elegir la leche que se va a utilizar para hacer el kéfir. Se puede usar cualquier tipo de leche entera ya sea de vaca, de cabra o de oveja . La leche debe ser de la mejor calidad, si la compras en supermercado procura comprar leche de pasto o ecológica, fresca, la que suele estar en botellas en la nevera; no recomiendo la leche de ultra-pasteurizada (la de brick) , ya que los procesos de "ultra-pasteurización" destruyen los nutrientes y las bacterias que favorecen la fermentación. La leche debe estar a temperatura ambiente o ligeramente tibia, pero no caliente ni fría.
A continuación, se debe lavar el recipiente de vidrio con agua caliente y jabón, y secarlo bien. El recipiente debe tener una capacidad de al menos un litro, y debe tener una tapa que no sea de metal, ya que este material puede reaccionar con el kéfir y alterar su sabor y sus propiedades. Se puede usar una tapa de plástico, de madera o de tela, o simplemente cubrir el recipiente con un paño limpio y sujetarlo con una goma elástica (es lo que hago yo).
Después, se debe colocar una cucharada de gránulos de kéfir de leche en el recipiente de vidrio, y añadir un litro de leche. Se debe dejar un espacio de unos dos dedos entre la leche y la tapa, para que el kéfir tenga espacio para fermentar y liberar gas. Se debe cerrar el recipiente con la tapa elegida, y agitarlo suavemente para mezclar la leche y los gránulos.
A continuación, se debe dejar el recipiente en un lugar oscuro, seco y templado, como un armario o una despensa, donde no reciba luz directa ni cambios bruscos de temperatura. La temperatura ideal para hacer kéfir de leche es entre 20 y 25 grados centígrados. Se debe dejar el recipiente reposar durante 24 horas, sin moverlo ni agitarlo.
Pasado este tiempo, se debe abrir el recipiente y observar el aspecto del kéfir. El kéfir de leche debe tener una consistencia cremosa y espesa, similar al yogur, y debe haberse separado en dos capas: una capa superior de kéfir y una capa inferior de suero, que es un líquido amarillento y transparente. El kéfir de leche debe tener un olor agradable y un sabor ácido y ligeramente dulce. Si el kéfir de leche tiene un olor desagradable, un sabor amargo o una consistencia acuosa, puede que se haya contaminado o que se haya fermentado demasiado tiempo, y se debe desechar.
Si el kéfir de leche tiene un buen aspecto, se debe colar con un colador de plástico o de madera, y separar el kéfir del suero. El suero se puede guardar para usarlo en otras recetas, como pan, bizcochos o sopas, o se puede desechar. El kéfir se puede consumir inmediatamente o se puede guardar en un recipiente de vidrio con tapa en la nevera, donde se conservará durante unos 15 días. Los gránulos de kéfir de leche se pueden volver a usar para hacer más kéfir, o se pueden guardar en un recipiente de vidrio con leche en la nevera, donde se mantendrán en reposo hasta que se quieran usar de nuevo.
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