¿Sabías que los hijos de los cerebros de Silicon Valley que están detrás de Google, Apple y Yahoo, entre otras, optan por llevar a sus hijos a colegios sin tecnología? Curioso, ¿verdad? Para reflexionar y mucho ¿no crees? ...
¿Qué aspectos negativos tiene educar a nuestros hijos tan cerca de la tecnología?
Se limita el movimiento físico
El uso de las tecnologías casi siempre limita el movimiento, algo necesario para que el niño esté despierto, bien desarrollado y por tanto preparado para aprender. Si no hay movimiento corporal es más difícil obtener buenos resultados escolares o de aprendizaje.
Gran riesgo de obesidad
Un 30% de los niños que tienen dispositivos en la habitación son candidatos a ser obesos. Los pequeños deben correr y saltar ellos, no pulsar botones para que lo hagan unos muñecos. Así que si les dejamos que llenen su tiempo con videojuegos les estamos poniendo en riesgo de que tengan problemas cardiovasculares y diabetes.
El desarrollo cerebral se ve afectado
Hasta los 21 años el cerebro se está desarrollando rápidamente, en concreto hasta los dos años triplica su tamaño. Imagina lo importante que es que reciban los estímulos correctos. La exposición indiscriminada ya sea a tabletas, móviles, televisión u ordenadores condiciona su comportamiento volviendo al niño más impulsivo, poniendo en riesgo su desarrollo cognitivo y dificultando su autocontrol, por ejemplo, a la hora de moderar una rabieta.
Reducción del sueño
Si no controlamos, o directamente negamos el uso de la tecnología, lógicamente los niños dormirán menos porque está demostrado que les afecta a la hora de conciliar el sueño, así que rendirán menos en el día y por lo tanto afectará a su desarrollo académico y a su carácter volviéndose este más huraño y negativo.
Propensión a padecer trastornos mentales
Hay estudios que demuestran que la exposición a dispositivos digitales de cualquier tipo siendo tan pequeños es un factor clave para sufrir depresión, ansiedad, psicosis, trastorno bipolar y/o déficit de atención.
Imitación de conductas violentas
El acceso a contenidos agresivos y violentos muchas veces no indicados para su edad, junto a la inercia del niño de imitarlo todo, es un cóctel explosivo que hace que podamos ver en pequeños actitudes excesivamente violentas hacia otros niños e incluso hacia los adultos.
Dificulta la atención
La velocidad de los contenidos digitales hacen que el niño vea mermada su capacidad de atención y se le complique el hecho de concentrarse y memorizar.
Crean adicción
Si a los adultos nos cuesta apagar el teléfono imagina a un niño, que tiene menos voluntad y menos criterio. El riesgo de adicción es alarmante entre la población más joven. Y lo más peligroso es que este exceso va de la mano de un alejamiento inevitable de familia y amigos con el riesgo de acabar en una conducta antisocial crítica.
Peligro de radiación
Los dispositivos digitales son una fuente de radiación según la Organización Mundial de la Salud. Y los niños son más sensibles a estas radiaciones que entre otros riesgos, están relacionadas con el futuro desarrollo de un cáncer.
Sobreexponen al menor
Un niño en internet es un cebo para abusos de todo tipo. Su intimidad, sus datos, gustos y opiniones están al alcance de demasiada gente. Por si fuera poco son juzgados por likes, y no tenerlos significa no ser popular. De nosotros depende retrasar el acceso a redes sociales lo más posible y, además, hablar con nuestros hijos de estos peligros y cómo evitarlos. Si es necesario hay que recurrir a un profesional que sepa orientarnos en estos temas.
No se trata de meter a nuestros hijos en una burbuja, pero tampoco de engancharles a una pantalla para no tener que "aguantarles" como hacen algunos padres. Sabe Dios que como madre no soy perfecta ni mucho menos, pero me parece una irresponsabilidad enchufar a niños tan pequeños horas y horas delante de una pantalla. Se que los tiempos que corren son tiempos complicados para sacar tiempo de calidad y dedicárselo a la familia, parece que hay mil prioridades antes que disfrutar de ocio familiar, pero hagamos todos un esfuerzo por proteger a nuestros hijos y brindarles tiempo de calidad en el parque, un paseo por el bosque, la práctica de algún deporte, una tarde en la biblioteca, visitar un museo... hay mil opciones mucho más enriquecedoras...
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