Cuando necesitamos un descanso profundo y no podemos encontrarlo nos deprimimos.
Todos, en alguna medida estamos ‘deprimidos’, hundidos por nuestro falso yo, exhaustos a nivel del alma a causa de nuestros frustrados intentos de sostener una falsa imagen, de estar en el rol de un personaje que no es quienes somos realmente. Anhelamos dejar de actuar, y ser auténticos nuevamente.
Cuando reprimimos nuestros sentimientos, deseos, impulsos, y anhelos verdaderos empujándolos al inconsciente, viviendo como una fachada en este mundo, al final, nos deprimimos; incluso sentimos que queremos suicidarnos.
La depresión no es un error, en verdad es inteligente. Es un llamado ancestral a descansar, a desacelerar, a salir de la mente y sus miedos y a dirigirnos al cuerpo y sus sentidos.
A dejar ir la imagen.
A “matar” el personaje que hemos estado interpretando, y a ser exactamente como somos.
A dejar de correr.
A tocar nuestras heridas y traumas con gran dulzura.
A empapar conscientemente nuestra experiencia presente con atención amorosa.
A despertar a nuestra brillante rabia, nuestra magnífica aflicción y nuestros increíbles terrores escondidos.
A decir en voz bien alta nuestra verdad.
A hacer nuestro camino.
A seguir adelante con coraje.
¡A dejar de ‘deprimir’ nuestra parte salvaje interna!
A salir de nuestro escondite.
A permitirnos ser vistos.
Mi depresión suicida y mi desesperación terminaron salvando mi vida cientos de veces, empujándome al camino de la sanación. La depresión fue mi único llamado a descubrir la forma más profunda de descanso cósmico dentro mío.
Estoy eternamente agradecido a los dioses del Inframundo.
Jeff Foster
Comentarios
Publicar un comentario