Hoy te enseño la famosa pregunta de Neuberger para frenar la ira y las rabietas de los niños.
Aisss las rebietas!! Son explosiones de ira totalmente irracionales, lo sabemos, pero son capaces de hacernos perder los nervios. Cuando un niño se enfada y se 'encierra' en su mundo, se transforma. Es difícil hacerle entrar en razón.
Lo que a simple vista nos parece una 'tontería' sin importancia, para él, víctima en ese momento de una tormenta de ira, es una ofensa de magnitud incalculable.
Aisss las rebietas!! Son explosiones de ira totalmente irracionales, lo sabemos, pero son capaces de hacernos perder los nervios. Cuando un niño se enfada y se 'encierra' en su mundo, se transforma. Es difícil hacerle entrar en razón.
Lo que a simple vista nos parece una 'tontería' sin importancia, para él, víctima en ese momento de una tormenta de ira, es una ofensa de magnitud incalculable.
Prueba esta pregunta mágica para frenar una rabieta o enfado en los niños con tu hijo
Esta pregunta es un arma tan inocente y eficaz porque hace pensar al niño y lo distrae de la ira inicial. La creadora de esta pregunta mágica es Sally Neuberger, una psicóloga que pudo comprobar su eficacia en una guardería. Su técnica es la siguiente:
- Cuando el niño esté muy enfadado, frustrado, o arranque en un llanto de ira, pregúntale lo siguiente:
¿Se trata de un problema pequeño, un problema mediano o un problema grande?
Inmediatamente, el niño se verá totalmente sorprendido y sobre todo, sentirá comprensión y apoyo. La razón por la que esta simple pregunta es tan eficaz es la siguiente:
Los niños, cuando se enfadan, se frustran o arrancan en una tormenta de ira, en realidad están pidiendo ayuda. Necesita que alguien le ayude a entender por qué está sintiendo ese enfado y sobre todo que le ofrezca una solución.
Ejemplo práctico
Imagina que tu hijo quiere ver la tele y le dices que 'No'. Su primera reacción será de enfado. Él quiere ver la tele. ¿Por qué no puedes dejarlo ver la tele? Y aunque insistas en darle una razón, él seguirá sin entender por qué no puede ver la tele. Así que su enfado irá en aumento, insistirá, y antes las repetidas negaciones, arrancará en llanto.
En ese momento, utilizas la técnica de la pregunta mágica:
- A ver, ¿se trata de un problema pequeño, un problema mediano o un problema grande?
Como los niños tiende a 'cuantificar' todo, les parecerá una pregunta con gran sentido. ¡Por fin alguien que le entiende! Seguramente te diga que es un problema grande (para él lo es). En ese momento puedes ofrecer una comparación:
- Entonces, ¿si se pierde para siempre tu muñeco favorito es un problema más pequeño?
Lo más normal es que le parezca que perder su muñeco favorito es un problema mayor, así que dirá que no. Y le explicas que tal vez su problema sea pequeño. En ese momento tu hijo (ya mucho más calmado) se sentirá comprendido. Sí, es un problema... él sabía que era un problema. ¿Y la solución? Debes ofrecerle una alternativa o pedirle que piense él mismo en una:
- Si juegas un rato, el tiempo se pasará muy rápido y te divertirás mucho. ¿Qué se te ocurre que puedes hacer?
El niño, gracias a esta pregunta, entenderá que los problemas pequeños son fáciles de solucionar, los problemas medianos necesitan más esfuerzo y los problemas graves son más difíciles de solucionar. Evidentemente, esta pregunta mágica no funciona en todos los casos ni con todos los niños, pero la proporción de su eficacia es muy alta.
¿Qué le enseñamos con esta pregunta?
Le estamos ofreciendo, de forma subliminal:
- Empatía: tu hijo entenderá que te interesas por sus problemas. Es más: estás reconociendo que es un problema.
- Le ayudas a averiguar qué ocurre: cuando un niño tiene un problema y no sabe salir de él, necesita alguien que le ayude a pensar qué sucede.
- Encontrar una solución: Si después de plantear la pregunta, ayudas a tu hijo a buscar una solución o le ofreces una alternativa, estarás dando un paso de gigantes para solucionar el problema y terminar con la rabieta.
- Autosuficiencia: Con este sistema, estarás dotando a tu hijo de un fantástico sistema de resolución de problemas, una herramienta muy útil que le ayudará a tener más habilidades para adaptarse a los cambios y conflictos que surjan.
- Confianza en sí mismos: Al mismo tiempo que muestras a tu hijo empatía y reconoces que su llanto responde a un 'problema', aunque sea pequeño, estarás reafirmando a tu hijo. Sentirá más confianza en sí mismo y mejorará su autoestima.
Comentarios
Publicar un comentario