Hoy comparto un texto hermoso y sabio, de manos de la lucidez personificada, el gran Osho, puede gustarte o no este hombre, pero si te abres a leerlo sin prejuicios te enseñará mucho. No se si es el típico Gurú, porque personalmente no veo a nadie como un gurú y veo a todo el mundo como un maestro, porque cada persona con la que nos cruzamos nos puede enseñar algo en un momento de nuestra vida. Lo que me gusta de Osho es su lucidez, la inteligencia con la explica conceptos profundos y también el toque canalla que tiene, las personas con sombras son personas reales, como tú y yo.
Disfruta del texto de Osho a continuación:
Los Budistas tienen un método particular al que llaman «darse cuenta tres veces».
Si surge un problema (por ejemplo, si alguien siente de pronto una emoción tóxica: ambición o enojo), tiene que darse cuenta tres veces de que está ahí.
Si hay enojo, el discípulo tiene que decir interiormente tres veces: «enojo… enojo… enojo», sólo para darse cuenta por completo, de manera que la conciencia tome nota.
Eso es todo; después sigue haciendo lo que estaba haciendo. No hace nada con el enojo, sino que simplemente se da cuenta tres veces de que está ahí.
Es hermosísimo.
En el momento en que tomas conciencia de eso y te das cuenta, desaparece.
No puede atraparte porque sólo puede hacerlo cuando no estás consciente.
Este darte cuenta tres veces te vuelve tan consciente por dentro que quedas separado del enojo.
Puedes verlo objetivamente porque está «ahí» y tú estás «aquí».
Buda les dijo a sus discípulos que hicieran eso con todo.
Comúnmente, todas las culturas y civilizaciones nos han enseñado a reprimir los problemas, de manera que poco a poco uno deja de ser consciente de ellos, incluso tanto que los olvida, cree que no existen.
Lo correcto es justo lo opuesto.
Toma conciencia de ellos por completo, y al tomar conciencia y concentrarte en ellos, se disuelven.
OSHO
Disfruta del texto de Osho a continuación:
Los Budistas tienen un método particular al que llaman «darse cuenta tres veces».
Si surge un problema (por ejemplo, si alguien siente de pronto una emoción tóxica: ambición o enojo), tiene que darse cuenta tres veces de que está ahí.
Si hay enojo, el discípulo tiene que decir interiormente tres veces: «enojo… enojo… enojo», sólo para darse cuenta por completo, de manera que la conciencia tome nota.
Eso es todo; después sigue haciendo lo que estaba haciendo. No hace nada con el enojo, sino que simplemente se da cuenta tres veces de que está ahí.
Es hermosísimo.
En el momento en que tomas conciencia de eso y te das cuenta, desaparece.
No puede atraparte porque sólo puede hacerlo cuando no estás consciente.
Este darte cuenta tres veces te vuelve tan consciente por dentro que quedas separado del enojo.
Puedes verlo objetivamente porque está «ahí» y tú estás «aquí».
Buda les dijo a sus discípulos que hicieran eso con todo.
Comúnmente, todas las culturas y civilizaciones nos han enseñado a reprimir los problemas, de manera que poco a poco uno deja de ser consciente de ellos, incluso tanto que los olvida, cree que no existen.
Lo correcto es justo lo opuesto.
Toma conciencia de ellos por completo, y al tomar conciencia y concentrarte en ellos, se disuelven.
OSHO
me ha encantado leerlo, muchas gracias
ResponderEliminarMe alegra mucho ¡gracias a ti preciosa! :)
EliminarEsto lo voy a poner en práctica desde ya. Muchas gracias.
ResponderEliminarGenial Nazaret, yo también, un abrazo :)
Eliminar