Antes de ser madre me decía que no chillaría nunca, que jamás le daría chuches y que sería el ejemplo perfecto; después de ser madre hay días que pierdo los nervios, ha comido muchas chuches, las que le da el frutero cuando voy a la frutería, las chuches que le regalan en todas las tiendas, las chuches de los cumpleaños, en Navidad y alguna que otra que le regalan en la farmacia, vamos, que de ni una chuche a muchas chuches hay una línea muy fina y la hemos cruzado hace 5 años por lo menos.
No soy el ejemplo perfecto, a veces es él con sus 5 años el que me da lecciones y me deja como vaca mirando pasar un tren. No pasa nada si no soy la madre que imaginaba, si cometo muchos errores, hay veces que cometo errores todo el tiempo como si fuera una madre de comedia de esas que manda chuches al cole el día del cumpleaños cuando había planeado llevar galletas amasadas con amor con harina integral de trigo bio ¡ja! Justo la noche antes me doy cuenta que ni trigo ni bio ni amasar y voy corriendo a la tienda de chuches de la esquina a comprar azúcar refinado para que los peques me adoren y su seño me odie para siempre jamás.
No pasa nada si voy con camiseta con bolitas y manchas de ketchup, el ketchup que dije que nunca probaría y que termina probando con su hermana mayor porque los hermanos se odian y se imitan por igual ¡cosas de hermanos! si tienes una hermana ya sabes como va la historia.
No pasa nada si pierdo la paciencia y me encierro en el baño donde he montado una biblioteca para leer dos páginas tranquila. No pasa nada si no soy la madre perfecta de peli de los años 20, que cocina todo casero, no pierde la sonrisa y es el ejemplo perfecto de madre, de esas que uno lleva en una medalla para la posteridad o se tatúa en el brazo.
Él, mi hijo, mi gran amor, me ve perfecta, sí, perfecta; a pesar de todos los errores, de la pérdida de paciencia, del cansancio y de todas las meteduras de pata...me ve perfecta y así me lo manifiesta mientras me emociono y pienso que intentar parecer una máquina es lo menos humano que existe. Los seres humanos cometemos errores, aprendemos sobre la marcha y ser madre es el trabajo más humano de este planeta.
Yo soy perfecta, una madre perfecta y tú también, disfruta sin sentimiento de culpa, abrázalo fuerte, dile que lo amas, que estás agotada o triste, no finjas ser una máquina, no finjas ser perfecta, déjalo disfrutar de una madre humana, te aseguro que le encantará conocerte tal como eres.
Amo a mi hijo profundamente tal como es, lo único que quiero en este mundo es que sea él mismo y sea feliz ¿se puede ser mejor madre? me pregunto mientras lo miro y de repente él me abraza y me suelta - eres la mejor madre para mí.
No soy el ejemplo perfecto, a veces es él con sus 5 años el que me da lecciones y me deja como vaca mirando pasar un tren. No pasa nada si no soy la madre que imaginaba, si cometo muchos errores, hay veces que cometo errores todo el tiempo como si fuera una madre de comedia de esas que manda chuches al cole el día del cumpleaños cuando había planeado llevar galletas amasadas con amor con harina integral de trigo bio ¡ja! Justo la noche antes me doy cuenta que ni trigo ni bio ni amasar y voy corriendo a la tienda de chuches de la esquina a comprar azúcar refinado para que los peques me adoren y su seño me odie para siempre jamás.
No pasa nada si voy con camiseta con bolitas y manchas de ketchup, el ketchup que dije que nunca probaría y que termina probando con su hermana mayor porque los hermanos se odian y se imitan por igual ¡cosas de hermanos! si tienes una hermana ya sabes como va la historia.
No pasa nada si pierdo la paciencia y me encierro en el baño donde he montado una biblioteca para leer dos páginas tranquila. No pasa nada si no soy la madre perfecta de peli de los años 20, que cocina todo casero, no pierde la sonrisa y es el ejemplo perfecto de madre, de esas que uno lleva en una medalla para la posteridad o se tatúa en el brazo.
Él, mi hijo, mi gran amor, me ve perfecta, sí, perfecta; a pesar de todos los errores, de la pérdida de paciencia, del cansancio y de todas las meteduras de pata...me ve perfecta y así me lo manifiesta mientras me emociono y pienso que intentar parecer una máquina es lo menos humano que existe. Los seres humanos cometemos errores, aprendemos sobre la marcha y ser madre es el trabajo más humano de este planeta.
Yo soy perfecta, una madre perfecta y tú también, disfruta sin sentimiento de culpa, abrázalo fuerte, dile que lo amas, que estás agotada o triste, no finjas ser una máquina, no finjas ser perfecta, déjalo disfrutar de una madre humana, te aseguro que le encantará conocerte tal como eres.
Amo a mi hijo profundamente tal como es, lo único que quiero en este mundo es que sea él mismo y sea feliz ¿se puede ser mejor madre? me pregunto mientras lo miro y de repente él me abraza y me suelta - eres la mejor madre para mí.