El pan marroquí me recuerda a mi preciosa abuela y quiero compartir la receta, el pan requiere mimo y paciencia, amasar es saludable, yo lo hago poco pero si me ves amasar es que tengo que armar mi puzzle interno, me aporta paz, es una sensación que no puedo explicar.
Ingredientes para el pan marroquí (para 3 panes de tamaño mediano)
- 1 kg de harina de trigo mezclada con una taza de harina de espelta.
- Un puñado de sémola de trigo para decorar por encima.
- Media cucharada de sal.
- Una cucharada de levadura para pan.
- Un tazón de agua templada.
- Si quieres puedes añadir semillas como sésamo por ejemplo.
Preparación del pan marroquí
1. En un recipiente de cristal o porcelana tamizamos la harina. añadimos la sal y la levadura. Añadimos poco a poco el agua tibia y amasamos muy bien durante 15 minutos aproximadamente hasta obtener una masa suave y uniforme.
2. Tapamos la masa con un trapo de cocina gordito y dejamos reposar 60 minutos aproximadamente en el lugar más cálido de la cocina, si no es cálido tardará más en doblar su tamaño y lo dejaremos más tiempo.
3. Una vez reposada la masa, enharinamos la mesa y formamos bolas del tamaño de una pelota con la masa y las aplastamos con la palma de la mano. Esta es la parte que más le gusta a los niños.
4. Cogemos cada bola y terminamos de aplastarlas enharinando ambos lados, yo añado sémola de trigo, le da una textura crujiente al hornear el pan.
5. Una vez hayamos dado forma a nuestros panes, volvemos a cubrir con un trapo y dejamos reposar de 20 minutos en un lugar cálido, hasta que se eleven de nuevo.
6. Con el horno previamente calentado a 220º metemos el pan con mucho cuidado ayudándolos de una paletilla de madera o un plato. Yo añado sémola por encima para decorar, me gusta el pan con la corteza crujiente. Pinchamos el pan con un tenedor por toda la superficie (arriba) para que no se nos suba mucho y lo dejamos cocer hasta que este dorado (aproximadamente unos 20 minutos, pero según el tamaño hay que estar pendiente, uno de los trucos * estarán hechos cuando suene la base a hueco al golpearla cariñosamente con los nudillos; saltará a la vista, por el dorado, el crujiente y sobre todo el olorcito rico.
¡Buen provecho! Que esta receta te inspire a visitar Marruecos y disfrutar de su rica gastronomía ¡me encanta!