Os confieso que he pasado una época muy difícil, de muchísimo estrés y
sintiéndome fatal por no hacer nada bien, sentía impotencia al no poder ayudar
a Fran con sus largas noches y sus respectivos días de dolor, falta de sueño,
irritabilidad y todo lo que conlleva. Sentía culpa al pensar en el desastre de
madre que era, siempre agotada, irritada y presente/ausente, estás pero no estás,
pensando en todas las obligaciones que se acumulaban, los ingresos
hospitalarios, las visitas médicas, el cole de los peques… Me sentía culpable
por no dedicar tiempo a mi hermana o amigas, ni una simple llamada de teléfono
¿para qué? ¡para quejarme!
Llegó el día en el que al mirar alrededor sentí la necesidad de tomar las
riendas de mi casa y de mi vida, os cuento mis pasos, si en algo pueden
ayudaros ¡encantada de la vida!:
-El momento cocina fue tremendo porque soy la reina de las hierbas (y no hablo de drogas). Dividí el trabajo en 4 partes:
1) Vaciar los armarios, seleccionar las cosas útiles y poner en dos cajas diferentes las cosas que iba a tirar o donar.
2) Limpieza de armarios por dentro y por fuera, recolocación de los productos y utensilios de cocina.
3) Limpiar la nevera para evitar el mal olor, los peques tienen la extraña habilidad de dejar las fiambreras abiertas o derramar alguna salsa sin darse cuenta cada vez que van a buscar algo en el frigorífico.
4) Limpiar y organizar el resto de la casa, renovando un poco la decoración, por ejemplo enmarqué algunos dibujos de los peques, las ilustraciones que he comprado a artistas que quiero y admiro, también renovar los marcos de las fotos de los niños, algunos marcos eran bastante viejos y además feos a más no poder ¿de dónde habrán salido? (si me lo has regalado tú perdóname, lo único que tengo que decir en mi defensa es que ahora tienes mucho mejor gusto)
-Lo primero fue limpieza de armarios. Tenía mucha ropa vieja y nueva que no
usaba, me pregunté realmente si iba a usar las prendas “porsillueve,
porsiengordo, porsiadelgazo”, la respuesta fue simple ¡no! Llené unas cuantas
bolsas enormes, las clasifiqué en dos grupos, tirar y donar. Revisé
todos los armarios, tanto ropa como toallas.
-Lo siguiente fue revisar las cosas del baño, tirar maquillaje que llevaba
meses o incluso años dando tumbos y todo lo que no era útil.
-Llegó el momento de los papeles, es increíble lo que acumulo de papelería,
tengo cosas desde primaria, cosas que he ido arrastrando de un lado para otro,
algunas cosas son valiosas pero otras no tanto, decidí sentarme y decidir qué
cosas me quedaría, ya era hora de seleccionar y dejar de acumular. Mi marido
dice que esto mismo tengo que hacer con el síndrome de Diógenes online que
padezco y es que guardo fotos, ebooks, documentos hasta el infinito y más allá,
mi ordenador es una especie de agujero negro lleno de cosas curiosas.
A veces solo necesitamos hacer lo que podemos hacer para dejar de sentirnos impotentes y recuperar así nuestro poder personal; esta ha sido mi manera de retomar con fuerza una etapa que no siempre es fácil, pero mi familia me necesita fuerte y no hay nada más importante para mi que estar al frente de este clan lleno de amor. No somos la familia perfecta pero nos queremos mucho mucho mucho y eso es una pasada.
A veces solo necesitamos hacer lo que podemos hacer para dejar de sentirnos impotentes y recuperar así nuestro poder personal; esta ha sido mi manera de retomar con fuerza una etapa que no siempre es fácil, pero mi familia me necesita fuerte y no hay nada más importante para mi que estar al frente de este clan lleno de amor. No somos la familia perfecta pero nos queremos mucho mucho mucho y eso es una pasada.