¿Quieres convertirte en un imán de la abundancia?
Esto son los poderes para alcanzar la abundancia, uno de los grandes deseos que tenemos todas las personas, más que poderes es disciplina y constancia, se los comparto:
1. EL PODER DE LAS CREENCIAS SUBCONSCIENTES
¿Qué es lo que determina tus respuestas ante la vida? ¿Qué es lo que hace que actúes de una u otra manera? Sin duda, tus creencias. Tu programación mental que ejecuta sus pensamientos y acciones. Así como un hombre es por dentro, se expresa por fuera. Todo cambio pasa por cambiar ese software. Si este tema no se soluciona, se puede trabajar muy duro y seguir todo igual. Para tener éxito hay que trabajar el inconsciente, y para cambiar el inconsciente lo primero de todo es tomar conciencia de que nuestras creencias no son innatas sino aprendidas a través de lo que hemos visto, oído y vivido en los primeros años de nuestra vida. Recuerda: nada es cierto ni falso salvo el significado que nosotros le damos. Toma conciencia de aquellas creencias que te limitan, racionalízalas, observa lo absurdo de muchas de ellas y toma la determinación de neutralizarlas.
2. EL PODER DEL DESEO ARDIENTE
Debes ser fiel y leal a tu deseo. Tú y tu deseo sois uno sólo. No puedes pensar en aquello que deseas de manera irregular o intermitente, porque eso es lanzar un mensaje al universo de que no te importa mucho. Cuando uno desea algo de verdad —con toda su alma—, vive para ello y por ello, y está permanentemente pensando y visualizando aquello que quiere, dando lugar a que la sincronicidad del universo funcione y aparezcan las personas y circunstancias en el momento preciso. Otra cosa no da resultados sólidos. El deseo es una idea mental sostenida en el tiempo y no puntual. Es un estado mental rebosante, no tímido ni pusilánime. Es un deseo que te acompaña siempre. Emmet Fox decía: «Su principal tarea en la vida es crear dentro de usted el equivalente mental de lo que quiere hacer realidad y disfrutar en el mundo».
3. EL PODER DE LA SOLIDEZ DEL PROPÓSITO
No se trata del cómo (hacer algo) sino del porqué (hacerlo). Lo primero va después de lo segundo. Si no sabes por qué quieres lo que quieres, de poco te sirve que alguien te ponga en bandeja el cómo hacerlo, en algún lugar del camino abandonarás. La gente no hace lo que tiene que hacer porque no tiene un porqué suficientemente fuerte. Tienes que encontrar la motivación que viene de tu interior. Las razones dan a las metas un propósito y el propósito es lo que da sentido a tus acciones. Escribe y sé explícito acerca de los motivos que te impulsan a desear lo que deseas. Los porqués son los que te dan fuerzas para hacer el cómo. ¿Por qué tanta gente fracasa a la hora de hacer dieta o ir al gimnasio y hacer los ejercicios? Se les dice lo que tienen que hacer pero no lo hacen, porque en su interior no hay razones suficientes para hacerlo. El Dr. Fuster decía: «Lo mejor para dejar de fumar es un infarto». A partir de ahí, las razones (porqués o motivos) están claras.
4. EL PODER DE UN PLAN DE ACCIÓN ORGANIZADO
En texto es claro: «Organízate, organízate y organízate». No tener un plan de vida es dejar que tu vida sea un accidente. La mayoría de la gente deja que su vida transcurra y sólo unos pocos deciden lo que les ocurrirá. Un plan de acción organizado es el puente que conecta sueños y realidad. Son los planos del arquitecto antes de edificar la casa. Quizá se debe a que «escapar es más fácil que cambiar». Tus objetivos no es aquello que quieres conseguir, tus objetivos es aquello a lo que dedicas el tiempo cada día.
5. EL PODER DEL CONOCIMIENTO ESPECIALIZADO
Éxito es aportar valor a los demás; éxito es hacer mejor o más fácil la vida de la gente. Y desde luego, es difícil aportar cuando intentas tocar todas las piezas del piano al mismo tiempo. El éxito pasa por ser un referente en algo, y para ser un referente en algo hay que ser especialista en algo. El éxito pasa por identificar cuáles son las necesidades (pain) de la gente y luego darles la solución (gain). Vender no es vender, vender es solucionar problemas. Observa lo que le frustra a la gente y quítales el dolor. Todo se resume en eso.
6. EL PODER DE LA PERSEVERANCIA
El fracaso no es lo contrario al éxito; el fracaso forma parte del proceso del éxito. Mucha gente —Steve Jobs (Apple), Los Beatles, Abraham Lincoln, Thomas Edison, por señalar sólo algunos— tuvieron que soportar rechazos y fracasos antes de triunfar. La vida no es una línea recta nunca y el camino siempre está salpicado de obstáculos. George Bernard Shaw decía: «Cuando era joven observé que nueve de cada diez cosas que hacía eran un fracaso, pero como no quería ser fracasado trabajé diez veces más». La perseverancia es, con frecuencia, el factor principal que separa las personas exitosas de las no exitosas. No existe la gente fracasada, existe la gente que se cansa a mitad de camino.
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7. EL PODER DE LA REGULACIÓN DE GASTOS
O controlas tu dinero o tu dinero te controla. Cualquier economía —personal, familiar o empresarial— se basa en tener saneada su economía. Todo en la vida —salud, relaciones o dinero— es una cuestión de hábitos y, por tanto, el equilibrio financiero depende de los hábitos financieros. Y hay hábitos buenos (virtudes) y hábitos malos (vicios). Hay que tener mucho cuidado con la deuda, y sólo embarcarse en ella cuando se pueda pagar. Es fundamental el ahorro y la inversión, porque la riqueza es ser capaz de crear una fuente de ingresos continua, igual que la de un río. Tener una vida financiera controlada afecta (positivamente) al resto de áreas de la vida y viceversa. Muchos temas de sentido común (que no práctica común) y que se olvidan, porque muchas decisiones que tomamos son emocionales.
8. EL PODER DE LA INTEGRIDAD
Lo que se levanta sobre materiales frágiles, antes o después, se viene abajo. El Dr. Dyer, lo expresaba así: «Vive de tal manera que si alguien hablara mal de ti no le creerían». No se puede vivir de espaldas a la ética, antes o después, ajusta cuentas. En la vida y en los negocios, hay un Ley del karma que restablece el equilibrio y la justicia.
9. EL PODER DE LA FE
La Fé es certeza sin evidencia. Es esencial, porque la razón —gran embustera en muchas cosas— nos hace ver cómo muchas cosas no son razonables. Si quieres lograr algo grande de verdad, no puedes pensar en términos racionales ni ser razonable. Ningún logro grande y visionario ha venido de la mano de alguien razonable. No existen ningún tipo de límites, pero para la razón sí, los límites (mentales) de sus creencias. Por eso, cuando las cosas no marchen como tú deseas y pienses que has explorado todas las posibilidades, no lo has hecho. Tu mente es infinita, pero tus dudas te limitan. Ensancha tu mente y expande tu realidad.
10. EL PODER DE LA CARIDAD
La abundancia no se logra sin la ayuda de los demás. La caridad es un elemento indispensable para la riqueza. Porque el flujo dar y recibir hay que estar alimentándolo continuamente, ya que de otro modo, como el agua estancada, se pudre. Es una ley universal que conviene no olvidar. Recuerda las palabras de Eckhart Tolle: «Cualquier cosa que creas que el mundo no te está dando es tal vez porque tú no se la estás dando al mundo. La práctica es dar lo que quieres recibir. La abundancia siempre nace de ti». Ya sabes: lo que das, te lo das; lo que no das, te lo quitas.
Fuente: “Los 10 secretos de la riqueza abundante”
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